Artista escénica, énfasis en actuación con destellos en danza. Realizo doble carrera con Estudios Literarios.
Invitación a la lectora
Querida lectora (lector), el presente material está creado a modo de constelación. La invito desde la profundidad de mi cuerpo hecho tiempo a lo largo de cinco años, a sumergirse en el trayecto que le deseo compartir. Escribir, crear para ser leída, vista, es desacostumbrar lo íntimo a lo oculto, reservado y lograr hacerlo colectivo, ser una sujeta colectiva. Con usted mi camino se completa, así que le agradezco profundamente sus minutos.
En la gráfica ilustrada a modo de bóveda celeste está el camino propuesto, al igual que en las propias cartas. Sé bien que es un ejercicio de seguirme el juego, pero ya que todo es tan serio, binario y fragmentado, quise jugar a construir puentes no existentes en mi universo.
Me explico, usted seguirá la ilustración que le propone un camino constelar, es decir, entre las propias cartas hay una correspondencia que la guiarán a lo largo del texto. Al final de cada uno hay una marca para que se dirija a otro texto.
Hay una agrupación de estrellas que abarcan conjuntos-temas, estos son: identidad, memoria, lenguaje, creación y cuerpo. Cada cuerpo celeste pertenece a un conjunto-tema que están resaltados en el esquema constelar con un color y trazo especifico.
Le invito a siempre que vea el ícono del mapa después de un texto le de click para navegar por la página de forma fácil.
P.D. Diríjase al esquema constelar y después a la carta DF
Un día del 2023
Declaración de artista (DF)
Estimadx consteladxr de estrellas:
Defiendo el grito visceral, el juego para imaginar, la narrativa de quien no
ha tenido la palabra dominante, defiendo la movilidad entre las ideologías para la no-doctrina. Defiendo el mundo productor de extrañeza para fastidiar las formas binarias.
Creo en la existente provocación no dicha entre vaciarme y llenarme de las palabras acuosas, del canto de mi madre latiendo mientras estoy en escena y su voz sana la primera herida del patriarcado, el primer vínculo madre e hija. Creo en el discurso desecho en trazos en el espacio porque vengo del desarraigo, de la no pertenencia geográfica, que me rompe y acabo devorada por la luz del espacio de trabajo y habitada por el espacio en blanco. Quise alcanzar los planos con cada extremidad, pero no hay centro.
Y lo busco
y me acerco
y lo encuentro
en oficio teatral, aquel que me ha volcado a las formas de emancipación, de libre voz sin máscaras, sin decoros, sin aire entre el grito.
Creo en la acción transformadora, creo en las letras de Homero, apelando
al sujeto colectivo, soy las voces de mis maestras: lánzate al piso, acarícialo condenadamente, versa para ser contestataria, grita para que tu cuerpo vaya por donde los brazos no alcanzan, constela para unir las estrellas olvidadas. Fui de
la opresión y soy de las excepciones del día a día para guardar la esperanza del cambio, porque defiendo la creación que no habita el mundo de la Gran Costumbre, pero tampoco el mundo del escapismo y fantasía, sino esta realidad hecha heterotopía, una fiesta colectiva en la grieta del edificio.
(P.D: Diríjase a la carta AL, en esa estrella hay movimientos de mariposa)

Polvo cósmico o agradecimientos
Le agradezco profundamente a mi madre Norma Constanza por sus manos extendidas en cada paso de mi andar, por ser puente, voz, guía, amiga. Gracias por ser la primera persona en amar mis crespos revolcados en el parque. Cantar y bailarte cada diciembre me hizo terminar un pregrado en artes escénicas. En ti empecé y por ti cada palabra se revitaliza.
Gracias a mi hermano Faber por su agudeza y liviandad a lo largo de estos años. Me volví la mejor ladrona de ideas al tener al mejor estudiante, profesional y ser humano al lado de mi puerta. Al igual, le agradezco profundamente a mi padre Fredy por hacerme bailar salsa desde pequeña al ritmo de su sonrisa, por mostrarme el jazz, a Cortázar, a Balzac, el ballet, mis derechos de nacimiento. Gracias por hacerme amar el caribe y defender mis causas.
Gracias, amigas y amigos por sus miradas y honduras en la práctica, compartir escena y pasillos marcó mi carrera.
Gracias a cada uno de mis profesores y profesoras, siempre serán faros y siempre seré una estudiante emocionada al verlos, por ustedes aprendí a ser múltiple y precisa en mi camino artístico. Por último, gracias a Sara Regina, cronopio de siempre y ahora, coleccionista de materiales aplastados por rendijas, ciclista interminable de chispas, luciérnaga que abraza su cuerpa y en eso, nos envuelve en el brillo de cada una. Su guía y cariño son materia vital en mi mundo constelar.